Cada proyecto representa un reto: interpretar los sueños y las distintas percepciones espaciales, que la diversidad cultural acentúa, para lograr que cada proyecto sea único, personal.
Entonces, igual que hablar otro idioma, se vuelve una necesidad manejar diferentes lenguajes arquitectónicos y abrir nuestras mentes a nuevas ideas.
Poner igual pasión en rescatar un predio histórico en abandono, que en proyectar, en un terreno nuevo, un edificio contemporáneo…